Poner los judiones a remojo la víspera. Escurrir y ponerlos en una cacerola con una cebolla pinchada con los clavos, el laurel, seis dientes de ajo enteros y una zanahoria pelada y entera; cubrir de agua y poner a cocer a fuego lento.
Cuando comiencen a hervir, añadir un chorrito de agua fría y seguir cociendo. El tiempo de cocción dependerá de la calidad de la judías, alrededor de una hora y media. De vez en cuando añadir un poco de agua fría para asustar las legumbres y que de esta forma queden enteras, es decir sin que se les vaya la piel y bien cocidas.
Cuando estén a mitad de cocción, momento en que cebolla y zanahoria estarán tiernas, retirarlas y triturar para que queden como una cremita y reservar.
Pelar y picar finamente la otra cebolla y sofreír con un poco de aceite de oliva en una sartén junto con las dos zanahorias restantes, peladas y cortadas en rodajas finas, los cuatro dientes de ajo picados y un poco de sal.
Cuando las hortalizas estén tiernas, añadir el pimentón dulce, rehogar uos moemntos cuidando no se queme y añadir la cremita de zanahoria y cebolla que teníamos reservada. Mantener unos momentos la cocción y reservar.
Cuando los judiones estén tiernos, escurrir, reservando un poco del agua de cocción y volveer a poner en la cacerola, añadir el sofrito de la sartén y un poco de caldo y cocer unos minutos a fuego suave para que dé un hervor todo junto. La salsa debe quedar espesita, si queda muy clara, aplastar unos judiones, mezclar bien y dar un hervor, moviendo un poco la cacerola para que ligue bien.
No se debe remover con cuchara u otro utensilio para evitar que se estropeen los judiones. Servir bien caliente.