Pelamos las cebollas, las escalonias y el diente de ajo y picamos. Deshuesamos los dátiles y los cortamos en trocitos menudos. Pelamos la naranja, picamos la piel y exprimimos el zumo. Escaldamos los tomates, pelamos y cortamos en daditos.
En una cazuela de fondo grueso, calentamos 4 cucharadas de aceite. Agregamos los trozos de pollo y los freímos a fuego fuerte hasta que estén dorados por todos los lados. Los retiramos y en la misma grasa rehogamos la cebolla, la escalonia y el diente de ajo picados, a fuego suave, hasta que tomen color.
Añadimos los daditos de tomate, los garbanzos, la piel de naranja, los dátiles y la caña de canela; espolvoreamos con abundante perejil picado y mezclamos bien. Reincorporamos el pollo a la cazuela, tapamos y continuamos la cocción en el horno a fuego fuerte durante 40 minutos.
Calentamos el zumo de naranja con unas hebras de azafrán y añadimos los granos de cardamomo y un ramito de menta picada. Lo vertemos en la cazuela, lo removemos y continuamos la cocción 10 minutos más.
Lo servimos muy caliente decorado con hojitas de menta y rodajas finas de limón.