Raviolis de pollo: Sobre una superficie preferiblemente de mármol, poner la harina en forma de volcán. Cascar los huevos en el hueco del volcán, agregar también el aceite y la sal y mezclar con ayuda de dos dedos. Una vez esté todo bien mezclado, amasar hasta que quede una masa dura pero manejable.
Si se dispone de un robot de cocina tipo Thermomix o una panificadora, solo hay que poner todos los ingredientes dentro y programar el amasado. Dejar reposar durante al menos 1 hora. Mientras, preparar el relleno. Poner en una sartén la cebolla y pochar. Cuando esté transparente, agregar la pechuga picada. Al finalizar de cocinar, añadir queso rallado y mezclar. Triturar la mezcla para que quede una pasta fina y homogénea.
Separar la masa en bolitas. Estirar cada una de ellas con una máquina de hacer pasta o un rodillo. Tiene que quedar de unos 3 mm de grosor. La masa tiene que estar bien cubierta de harina para que no se pegue.
Poner sobre la masa bolitas del relleno que habíamos preparado. Tienen que estar separadas entre si unos 2-3 cm. Con un pincel, humedecer con agua las separaciones entre las bolitas. Poner otra lámina de pasta cubriendo el relleno y cortar con un corta-raviolis. Cocer la pasta durante unos 4-5 minutos.
Salsa de vino tinto Calentar en una sartén la mantequilla y el aceite. Sofreír las setas durante 4 minutos. Incorporar la harina y rehogar 2 minutos. Añadir el caldo y el vino y dejar cocer durante 10 minutos. Agregar finalmente el tomate, el azúcar y la albahaca. Dejar cocer durante 15-20 minutos. Servir los raviolis recién hechos con la salsa caliente. Si se desea, espolvorear con un poco de queso, aunque no lo necesita.