En un bol colocamos la harina y la sal. En el centro incorporamos la manteca, aceite y huevo. Vamos formando una masa tierna que no se nos pegue en los dedos. Si fuera necesario le podemos agregar tres cucharadas de agua o leche. Esto dependerá del tamaño del huevo y de la manteca que esté bien blanda.
Dejamos reposar sobre la mesa durante 10 minutos. Estiramos, forramos el molde, dejando una parte de la masa para tapar.
En un bol colocamos el pollo bien picado, la cebolla, el pimiento, ricota, queso rallado, leche, los huevos, el orégano y salpimentamos. Unimos bien todo. Cortamos la calabaza lo más finita posible. Caso contrario las pueden cocinar, ya cortadas, un ratito antes.
En el molde que tenemos forrado colocamos una capa del pollo, una de calabaza, una de queso cremoso y así vamos alternando hasta terminar. Tapamos con la masa restante, pinchamos con un tenedor y llevamos a un horno suave durante 50 minutos.
Si al pinchar con un cuchillo, éste pasa con mucha facilidad indica que la calabaza está cocinada y podemos retirar.