Lo primero es cortar toda la verdura en juliana y ponerla toda separada, porque lo iremos haciendo de manera individual. Ponemos el wok a calentar y añadimos un poco de aceite de sésamo.
Primero añadimos la cebolla y el ajo, dejamos que se haga un poco, pero aun con el puntito crujiente lo sacamos a un plato. Echamos otro poquito de aceite en el wok y hacemos la zanahoria, y hacemos lo mismo, cuando esté la apartamos en el pato donde tenemos la cebolla. El mismo proceso con el calabacín, el pimiento y el Shitake.
Cuando tengamos la verdura la echamos toda al Wok junto con el tofu en daditos. Ahora os hago una aclaración: el siguiente paso debería hacerse en el mismo wok, pero como el nuestro se pega lo hacemos una sartén a parte.
En una sartén, con unas gotas de aceite de sésamo, revolvemos los huevos y se los añadimos al wok. En esa misma sartén hacemos las tiras de pollo, a las que echamos un chorrito de salsa de soja, y lo echamos también al wok.
Cuando tengamos todos los ingredientes juntos, echamos una cucharadita de la pasta de curry rojo, removemos y ya lo tenemos listar para servir.