¡Se me ha cortado la mayonesa! ¿Te suena? Posiblemente hayas escuchado esta frase en más de una ocasión. La verdad es que nos encanta esta salsa madre capaz de mejorar casi cualquier plato: unas crujientes patatas fritas, una hamburguesa, una deliciosa ensaladilla rusa, unos huevos rellenos… Cierto es que, podemos comprarla de bote pero, a todas luces, la casera es mil veces superior.
La elaboración de esta salsa es hiper sencilla, sólo vamos a necesitar: aceite (girasol u oliva dependiendo de tus gustos), y huevos. A esta base, le añadiremos un poco de sal y unas gotitas de vinagre o limón. Batir y listo. Entonces… siendo tan fácil ¿por qué a veces se nos corta? La explicación nada tiene que ver con el rumor popular de la menstruación o del estado de ánimo. Hacer mayonesa no es cuestión de alquimia ni magia, es simple ciencia de andar por casa.
Cuando la mayonesa se corta, es porque los ingredientes no emulsionan correctamente y quedan disociados. Como el agua y el aceite se repelen (lo que en química se conocería como materiales inmiscibles) tendremos que proceder de una forma concreta para que los elementos acuosos liguen con la grasa y la lecitina del huevo actúe de emulsionante.
Así que si quieres formar parte de los afortunados a los que siempre le sale la mayonesa a la primera simplemente sigue leyendo porque te damos los trucos y consejos para que siempre te salga perfecta.
Estos son los errores más frecuentes que cometemos a la hora de hacer mayonesa y cómo evitarlos:
Dependiendo de la oliva vamos a tener aceites de oliva unos más fuertes que otros. Para hacer mayonesas te recomendamos usar un virgen extra muy suave, prueba, por ejemplo con aceite arbequina o incluso a hacerlo con aceite de girasol que tiene sabor neutro.