Un bol con agua para cerrar las gyozas, aceite de sésamo o de girasol en su defecto, agua, y una sartén antiadherente con tapa para cocinarlas. Salsa de soja y vinagre de arroz, para acompañar.
Mezclar con la mano todos los ingredientes. Amasar bien hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados.
Enharinamos la superficie donde vayamos a colocar las gyozas según las vayamos haciendo. Cogemos cada tapa de empanadilla y en el centro colocamos una porción de relleno del tamaño de una nuez pequeña.
Para cerrar las gyozas hay muchas técnicas, la más común es dejar uno de lados sin dobleces e ir solapando los del otro lado hasta conseguir un efecto de abanico.
Una vez que tengamos todas las gyozas formadas, pintamos el fondo de una sartén con aceite y calentamos a fuego máximo.
Cuando el agua se evaporebajamos un poco el fuego y añadimos un par de cucharadas de aceite, bajamos un poco el fuego y añadimos un par de cucharadas de aceite entre las empanadillas, dejamos dorar.
Con una espátula retiramos las gyozas de la sartén y las servimos con la parte dorada hacia arriba.