Precalentamos el horno a 180º. Sobre un molde desmontable de 26 cms de diámetro colocamos papel de cocina y engrasamos el interior del mismo con mantequilla. Ponemos en un cazo al fuego todos los ingredientes del almíbar y dejamos que hiervan uno o dos minutos. Apagamos el fuego y reservamos.
En una fuente honda se bate la mantequilla con las ocho cucharadas de azúcar hasta dejarla como una crema fina, entonces se van incorporando las seis yemas, una a una, removiendo sin parar; a continuación se agrega la leche, se mezcla y se añade la harina, la levadura y el coco. Se mezcla todo bien.
Cuando están bien firmes se unen al preparado anterior mezclándolas con espátula de goma y suavemente para que no se bajen las claras. Se vierte en el molde preparado y se mete al horno con calor moderado aproximadamente media hora. Cuando esté en su punto lo sacamos del horno, se deja enfriar un poco, se retira del molde y colocamos en la bandeja dónde vayamos a presentar la tarta. Preparamos la mousse, para ello he utilizado la thermomix.
Colocamos la mariposa y vertemos en el vaso el agua, el azúcar y el queso. Programamos 5 minutos, Tª=80º y V=1 y ½. Añadimos la gelatina escurrida y previamente hidratada en agua fría. Programamos 1 minutos a V=3 y dejamos que se vaya enfriando en el mismo vaso.
Mientras tanto montamos la nata, para ello he utilizado mi batidora de varillas. Una vez frío el contenido del vaso de la thermomix, vamos mezclándolo con la nata montada hasta formar una crema. Dividimos el bizcocho en dos con un cuchillo largo y separamos la capa superior de la que será la base de la tarta. Comenzamos remojando con parte del almíbar la capa de bizcocho que nos servirá de base.
Colocamos el aro del molde y vertemos la mayor parte de la mousse sobre el bizcocho. A continuación colocamos la otra capa de bizcocho y remojamos con el resto del almíbar. La tarta así preparada la ponemos en la nevera a enfriar, hasta que la mousse tome consistencia. Cuando la tarta ya esté fría y la mousse tenga una consistencia más dura preparamos la cobertura de chocolate. Para ello ponemos todos los ingredientes, excepto la mousse reservada, en un cazo al fuego.
Cuando se hayan disuelto todos los ingredientes y tengamos una crema de chocolate espesa vamos incorporando la mousse hasta que se mezcle totalmente con el chocolate. Quitamos el aro de la tarta y vertemos sobre la misma la cobertura, dejando que se desborde por los laterales. Espolvoreamos con un poco de coco y adornamos como más nos guste. En mi caso, simplemente con una flor. Introducimos en la nevera hasta el momento de consumirla, preferiblemente fría.