La endivia cuenta con un ligero sabor amargo que suele desagradar a ciertos paladares pero existen consejos para poder reducirlo. A saber:
> La endivia se cultiva bajo tierra, al no realizar la fotosíntesis mantiene ese color blanquecino tan característico. De hecho, a menor exposición solar menos amarga resultará. Por ello, a la hora de elegir en el mercado una endivia nos decantaremos por las que sean lo más blancas posibles y evitaremos aquellas que muestren colores más verdosos en sus hojas.
> Tenemos que saber que el pedúnculo (la parte más dura) tiene mayor amargor que las hojas. La parte menos amarga, y más interesante para cocinar, es el extremo superior y las hojas más retiradas del tronco. Perfectas para utilizar en preparaciones crudas como las ensaladas o a modo de barquitas para rellenarlas con los ingredientes que más nos gusten.
> Un buen truco para rebajar el amargor es acompañarlas con una vinagreta que lleve miel y limón. Si vas a cocinar la endivia entera, por ejemplo gratinada, corta la base del tronco y con un sacabolas o una cuchara de café extrae la parte central de la base.
> Es importante no lavarlas poniéndolas en remojo durante mucho tiempo. Esto aumentará el amargor. Para limpiarlas bastará que le pases un paño húmedo.
> Un truco simple para que nuestras hojas no se oxiden ni se nos oscurezcan es añadirle vitamina c, con un chorreoncito de limón será suficiente. Y uno para que las hojas se mantengan tersas y más crujientes es sumergirlas brevemente en agua con hielo.
Comentarios de los miembros:
Excelentes recetas... todas para chuparse los dedos.