Cuando estaba preparando esta tapa, recordaba los grandes momento paseando por las calles de San Sebastian, una ciudad que me encanta. Aunque siempre la he visitado por causa de trabajo, cada vez que voy, disfruto. Y no digamos, paseando por ese casco viejo, donde los bares, llenos de deliciosos pinchos, hacen las delicias a todo el que se asoma.
Así que hoy, os traigo un pincho más. Uno sencillo, pero riquísimo picho, que combina tanto el mar como la tierra...madre mía que filosófico.
Primero vamos a cortar los tallos de las setas, están más duros y sólo necesitamos que las setas se hagan un poco, así que, tallos fuera. Pelamos los langostinos, y cortamos el rape en trozos pequeños.
Ensartamos bien todos los ingredientes, en los palos de pincho, intentando poner un poco de todo. En esta ocasión, he puesto un trozo de...seta-rape-seta-langostino. No ponemos más trozos en cada pincho, resultaría incómodo.
Por otro lado, vamos a preparar una sencilla vinagreta para aderezar nuestros pinchos. Ponemos la plancha a calentar.
En un mortero ponemos. Unos ajos cortados, y un poco de perejil fresco cortado muy menudito. Machacamos bien , añadimos el zumo de un limón y un buen chorro de aceite. Removemos.
Colocamos los pinchos en la plancha (o en la parrilla). Atención. Un consejo. Si utilizamos una parrilla, no os olvidéis mojar un poco los palos de pincho, así no se quemaran.
Añadimos un poco de sal y cubrimos con nuestra vinagreta. Si gusta más con algo de chispa, podemos poner un poco de pimienta negra molida.
Pasamos por la plancha vuelta y vuelta los pinchos, no hace falta mucho tiempo para que estén preparados, no interesa que se queden muy secos.
¡Listo! un aperitivo sensacional para cualquier momento.