Esta es una receta sencillita, un guiso de toda la vida y perfecto para Semana Santa cuando el mix garbanzo y bacalao es lo más buscado. En cuanto al bacalao, aunque sea caro, es mejor comprar unos buenos lomos para que le den señorío al plato. Yo sólo tenía una bacalada pequeña pero lloré amargamente al ver el resultado. Ya me imagino este guiso con unos buenos pedazos de lomos bien firmes.
El día antes ponemos los garbanzos en remojo con sal y bicarbonato para ayudar a que estén más blandos.
El bacalao también lo ponemos a remojar en agua fría para desalarlo. Si son lomos necesitarán como 24/48 horas en remojo. Mete el bol en la nevera durante este tiempo.
En una sartén se sofríen las verduras:
Cuando ya están blandas se retira del fuego y se añade el pimentón (siempre fuera del fuego para que no se queme). Se mezcla bien. Se agrega el tomate frito y se sigue mezclando unos minutillos:
Los garbanzos remojados y colados se ponen en la olla rápida. Se vuelca el sofrito y se cubre con caldo de pescado, como 1 dedo por encima de los garbanzos. Se dejan cocer 12 minutos una vez que la 2ª anilla naranja suba.
Mientras, el bacalao se reboza en harina. Se fríe en una sartén con aceite, no mucho porque se terminará de hacer junto con los garbanzos. Yo puse muy poco aceite (ains que tristes trozos de bacalao).
Con el tema de la sal hay que tener cuidado porque el bacalao aunque desalado, va a añadir mucho sabor al guiso así que mejor probar al final. Ponemos el bacalao frito sobre los garbanzos y dejamos que hierva todo junto unos minutos. Podemos agitar un poco la olla para que el bacalao suelte su gelatina. Probar de sal.