Se trata de uno de los postres más populares en Francia; ¿Quién no ha disfrutado alguna vez en la vida de esta delicada delicia? Se trata de una masa fina hecha con harina, huevos y leche que suele tomarse con chocolate fundido, nata, azúcar, canela...
También existe la versión salada de los crepes, a base de harina de sarraceno, conocidas como Galettes.
Se trata de un tipo de galletita aireada, derivada del merengue, y que también se ha popularizado en medio mundo debido a sus vistosos colores y su delicioso sabor. Aunque suene sorprendente, pues todo el mundo los asocia con Francia, parece encontrar su origen más remoto en Italia.
Su pasta, está hecha a base de huevo, almendra y azúcar, y se rellenan de una suave crema, llamada ganache. Encontramos infinidad de variedades de este dulce, con sabores que van desde los más elementales como el chocolate, el pistacho, la fresa o el coco, hasta los más sofisticados como el chardonnay, maracuyá, café..
Su origen es, cuanto menos, curioso; Al parecer, en esta ciudad, eminentemente vinícola, había un problema con el excedente de las yemas de huevo. Las claras eran usadas para clarificar los vinos pero... ¿Qué hacer con el resto del huevo? Unas monjas muy ocurrentes encontraron la solución más dulce: Hacer postres con ellas!
Deliciosos canelés venidos directos de Bordeaux! Bien jugoso y esponjoso en el interior y crujiente por fuera. La perfección en un bocado!
Se trata de la tarta de manzana de todo la vida pero ¡al revés! Es decir, que, al cocinarla las manzanas quedan debajo y la masa encima. La fruta se carameliza con mantequilla y azúcar y queda un postre riquísimo!
Dicen que el origen de esta receta surgió de un error. ¡Y bendito error! Su receta es tan sencilla y vistosa que ha encontrado versiones de otras frutas además de versiones saladas.
Elegante y sabroso, este postre, muy popular en Francia, consiste en una crema simple a base de huevos y leche, muy parecida a las natillas, con una capa crocante de azúcar quemada. En España existe algo muy parecido: la crema catalana; y aunque, los ingredientes son muy parecidos, algunos difieren, y el método de cocción no es el mismo.
Está tan bueno que la receta ha inspirado muchas variantes y a día de hoy podemos encontrar versiones de Crème brûlée de café, chocolate, té...
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