En una cacerola con un poco de aceite de oliva rehogar la cebolla y las patatas debidamente peladas y troceadas.
Una vez rehogadas añadir el caldo y dejar cocer a fuego suave. Mientras tanto aparte cocer en muy poca agua con sal la calabaza y en un cazo con una cucharada de aceite, un poco de sal y una cucharada de agua las espinacas. Una vez que estén las dos cosas cocidas. Reservar.
Cuando las patatas y la cebolla estén tiernas, retirar del fuego, triturar y añadir la nata líquida o la leche evaporada, dejar un tercio de la crema tal cual, a otro tercio añadir las espinacas y triturar y al otro la calabaza y triturar.
Repartir la crema en platos soperos de forma que pongamos 1/3 de cada crema para crear un bonito plato agradable de sabores y atractivo de colores para los niños y evidentemente para los no tan niños ya que a todos nos gustan las comidas bien presentadas, con colores y sabores atractivos.
A partir de esta idea las combinaciones pueden ser muy variadas y atractivas, buscando siempre un contraste de colores, sabores agradables y no fuertes, desechando por ejemplo verduras que suelen gustar poco por su potente sabor como las coles.
Variar a menudo las recetas y combinar dos colorees es muy sencillo y agradable.
Se pueden servir incluso en copas o recipientes transparentes poniendo con cuidado las cremas una sobre otra para que no se mezclen.