Se comienza dos o tres días antes de amasar, con la elaboración de una agua de panela concentrada, a la cual se agrega hasta lograr el espesor de la aloja, harina de trigo integral. Mientras tanto se seca al sol hasta una arroba de harina de trigo corriente y se le agrega tres puñados de sal de cocina.
En la mitad se hace cama para la chicha, 15 yemas de huevo, dos libras de mantequilla, una libra de grasa de marrano y un cuarto de libra de levadura, para luego amasar hasta obtener suavidad.
La masa extendida en una capa fina, se enrolla desde ambos lados para dejar una ranura en el centro de cada pan, lo cual mejora la velocidad de su cocción. Se dejan laudar los panes boca abajo, sobre un paño limpio y cuando han crecido lo conveniente se toman con delicadeza, porque la masa es tan maleable que se arruga y deja huella de los dedos si no se la trata con cuidado; se los coloca boca arriba en la lata, para luego llevarlos al horno, del cual se retiran cuando adquieren color tostado.