No sé vosotros pero donde yo me crié, los abuelos jugaban, por lo general, un papel importante en la crianza de los niños. Mientras los padres trabajaban, eran ellos los encargados de cuidarnos y hacernos de comer. Y eso, deja poso en el recuerdo.
Quién más o quien menos, si ha tenido la suerte de contar con estos seres, guarda todavía el recuerdo de alguno de esos platos y, muy probablemente la frustración de no conseguir hacerlos tan bien como lo hacían ellos.
Por lo general, comidas modestas con ingredientes sencillos y naturales que nos sabían a gloria. En su mayoría, platos sin tanta sofisticación como los de ahora; sin tantos aires, espumas y esfericaciones. Recetas sin medidas que se hacían a ojo, con un puñadito de esto, una pizca de lo otro y mucho afecto.
Probablemente, muchas de nuestras abuelas se inspiraron en aquel pionero programa de cocina “Con las manos en las masa” que, en cierto momento, expandió el universo gastronómico más allá de las lindes del barrio y los trucos de las vecinas. Y su buen hacer de entonces constituye hoy el pilar primordial de muchos de los cocineros más reputados del mundo. Valga de ejemplo, Joan Roca que no se cansa de enaltecer la cocina de su madre o Dani García que rinde homenaje a su madre con una compilación de sus mejores recetas. Y es que, (queda abierto el debate) sin tradición, sin base, no hay ni transgresión ni vanguardia posible en la gastronomía.
Aquí compilamos algunas recetas de esas que despiertan recuerdos y que no deberían olvidarse por mucha cocina molecular que se imponga :) Pincha sobre las imágenes para acceder a la receta.
Las abuelas deberían ser eternas. Un abrazo Pablo.